Aunque trate de ignorarlos, los aguijonazos diarios que nos lanzan los políticos de este país van debilitando la tolerancia y el positivismo que cualquiera pueda tener. Día a día es como si nos fueran inyectando un veneno para aniquilarnos poco a poco.
Entre el verdadero tsunami de crimen que arropa la Isla, el verdadero tsunami de incompetencia que tenemos dirigiendo las agencias gubernamentales, el verdadero tsunami de totalitarismo que ha arropado el capitolio, hoy me siento desalentado, frustrado. Y la frustración viene porque no hay nada que dé indicios de que la situación vaya a mejorar. Me siento harto de que sigan destrozando el patrimonio nuestro.
Siento que el único propósito de este gobierno es apoderarse de todo lo que tenemos. La vía verde es el caminito al banco con los bolsillos desbordantes de billetes verdes. El gobierno se ha convertido en la lotto de los funcionarios que no les interesa el bien común y cuya única motivación es hacerse millonarios. La universidad hay que destruirla para evitar que pensadores inteligentes atenten contra la mediocridad y denuncien la idiotez que reina en este gobierno.
El cambio prometido ha sido un cambio que va de lo malo a lo peor. La honestidad agoniza, la tolerancia murió.
Lo triste de esta situación es que todo esto no comenzó hace dos años. Toda esta plaga comenzó a propagarse desde la década de los 90. Me preguntó yo: si no estuvieran presos los cuarenta ladrones que desvalijaron a Puerto Rico, ¿estarían en puestos claves nuevamente para seguir saqueando el País?
La matemática absurda de este gobierno no la entiendo y no es que no tenga la capacidad, sino que es totalmente ilógica. ¿Cómo voy a eliminar un déficit si sigo gastando y sigo reduciendo los ingresos? No hay manera de que si gasto más de lo que gano vaya a tener ahorros. Jamás. La matemática es sencilla 2 - 5 = -3.
El gobierno es un mal ejemplo para que este país se rehabilite, sí, porque hay que rehabilitarlo. ¿Con qué moral pueden hablar de valores si los primeros que no respetan al pueblo son los propios legisladores? ¿Con qué moral se puede hablar de comprensión si no se pueden comunicar entre ellos mismos? Los mismos son los de su propio partido. ¿Con qué fuerza moral se puede hablar de honestidad si no hacen lo que prometen? Ahora se ensalza la mentira, la treta, el engaño, la chabacanería y a todo el que venga con agendas escondidas.
Nuestro gobierno es tóxico para Puerto Rico. Su intención jamás ha sido enderezarlo, sino envenenarlo cada día más.
Elevemos una oración por el servidor público que fue destituido para dar paso al servidor avaro. Este gobierno está asesinando la honestidad, la comprensión, el diálogo, el respeto y ha violado la democracia. Que Dios nos coja confesa’os.
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