El triunfo del Partido Nuevo Progresista en las elecciones de 2008, lo llevó a creer que Puerto Rico le había dado mano libre para hacer todo lo que se le viniera en gana y todo se le ocurriera y cómo se le ocurriera. De seguro, como sabían ya que esta era una oportunidad única e irrepetible, decidieron crear el Gobierno Microonda.
El gobierno microonda no es otra cosa que, al igual que el horno, cocinar las cosas a la carrera y hacer las cosas sin pensar. Es un gobierno que vive de la ilusión y de la improvisación. También, se ha dedicado a mofarse de todo lo que no esté de acuerdo con su distorsionada visión de mundo y, como personas con conflictos con la autoridad, han trastocado todo lo que le suene a orden; han trastocado lo establecido, lo moral y lo ético.
El gobierno microonda es un gobierno fascista que está presto a hacerle frente a quien disienta de su posición. Es un gobierno de brabucones regido por un senado autócrata. Su caudillo como una prostituta hábil sabe cómo contonearse para cobrar bien.
Lo triste de todo es que, durante la campaña de 2008, este partido se dedicó a venderse mediante treta y engaño prometiendo que traería otro redentor para Puerto Rico. Se solidificó en un partido que se aprovecha del desespero de un pueblo para venderle la idea de que Puerto Rico se convertiría en la tierra prometida donde se tomaría leche y miel. La gran mayoría del pueblo creyó el engaño por estar acostumbrado a que le mientan, le roben, lo agredan y lo exploten.
Desde enero de 2009, Puerto Rico vive un tsunami --por ser la palabra acuñada por los líderes de barro-- de desesperanza, de atropellos, de violencia, de vejaciones y de inmoralidad. Vive arropado por el Tsunami de la plutocracia, del fascismo derechista que la masa no critica, cuya única intención maquiavélica es hacer lo que sea por conseguir la estadidad para un pueblo dormido que no es querido en los Estados Unidos. Tal parece que la idea es saquear lo poco que le queda a la Isla, aniquilarla, aplastarla, reducirla a nada para justificar la creencia de que sólo pegados al culo de los estadounidenses esta Isla echará pa’lante.
¿Cómo han hecho para de aniquilar la Isla? Despidiendo empleados que están hábiles y dispuestos a trabajar, aumentando la masa pansista que se atosiga de ayudas federales, embrutecido a un país para que no piense y exclusivamente siga a los “caudillos” como corderitos mansos, creando una vía verde que no es otra cosa vender lo poco que le queda a Puerto Rico por billetes verdes, aniquilando la clase media para que sólo existan dos tres clases sociales: la baja, la alta y la alta chusma.
El estreñimiento mental que tiene la masa de este país le impide ver otras alternativas, no le deja anticipar consecuencias. Lo que le importa a la masa son los enseres, incluido el microondas, que le dan justo antes de las elecciones para que voten por el candidato que les compra el voto. La masa está compuesta de gente que se vende al mejor postor. La inconciencia es tan brutal, que vivimos con el lema de: el que venga atrás que arre. No hay sentido de comunidad ni responsabilidad. Sólo la microonda gubernamental que sigue cocinando su plan a la velocidad de un rayo. El gobierno microonda nos está llevando a la tierra no querida, la tierra donde se come mierda con hiel.
El gobierno microonda no es otra cosa que, al igual que el horno, cocinar las cosas a la carrera y hacer las cosas sin pensar. Es un gobierno que vive de la ilusión y de la improvisación. También, se ha dedicado a mofarse de todo lo que no esté de acuerdo con su distorsionada visión de mundo y, como personas con conflictos con la autoridad, han trastocado todo lo que le suene a orden; han trastocado lo establecido, lo moral y lo ético.
El gobierno microonda es un gobierno fascista que está presto a hacerle frente a quien disienta de su posición. Es un gobierno de brabucones regido por un senado autócrata. Su caudillo como una prostituta hábil sabe cómo contonearse para cobrar bien.
Lo triste de todo es que, durante la campaña de 2008, este partido se dedicó a venderse mediante treta y engaño prometiendo que traería otro redentor para Puerto Rico. Se solidificó en un partido que se aprovecha del desespero de un pueblo para venderle la idea de que Puerto Rico se convertiría en la tierra prometida donde se tomaría leche y miel. La gran mayoría del pueblo creyó el engaño por estar acostumbrado a que le mientan, le roben, lo agredan y lo exploten.
Desde enero de 2009, Puerto Rico vive un tsunami --por ser la palabra acuñada por los líderes de barro-- de desesperanza, de atropellos, de violencia, de vejaciones y de inmoralidad. Vive arropado por el Tsunami de la plutocracia, del fascismo derechista que la masa no critica, cuya única intención maquiavélica es hacer lo que sea por conseguir la estadidad para un pueblo dormido que no es querido en los Estados Unidos. Tal parece que la idea es saquear lo poco que le queda a la Isla, aniquilarla, aplastarla, reducirla a nada para justificar la creencia de que sólo pegados al culo de los estadounidenses esta Isla echará pa’lante.
¿Cómo han hecho para de aniquilar la Isla? Despidiendo empleados que están hábiles y dispuestos a trabajar, aumentando la masa pansista que se atosiga de ayudas federales, embrutecido a un país para que no piense y exclusivamente siga a los “caudillos” como corderitos mansos, creando una vía verde que no es otra cosa vender lo poco que le queda a Puerto Rico por billetes verdes, aniquilando la clase media para que sólo existan dos tres clases sociales: la baja, la alta y la alta chusma.
El estreñimiento mental que tiene la masa de este país le impide ver otras alternativas, no le deja anticipar consecuencias. Lo que le importa a la masa son los enseres, incluido el microondas, que le dan justo antes de las elecciones para que voten por el candidato que les compra el voto. La masa está compuesta de gente que se vende al mejor postor. La inconciencia es tan brutal, que vivimos con el lema de: el que venga atrás que arre. No hay sentido de comunidad ni responsabilidad. Sólo la microonda gubernamental que sigue cocinando su plan a la velocidad de un rayo. El gobierno microonda nos está llevando a la tierra no querida, la tierra donde se come mierda con hiel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario