jueves, 14 de octubre de 2010

Salida de la oscuridad hacía la luz

El título de hoy es una traducción libre de un libro de Gerald Jampolsky, titulado Out of Darkness into the Light. Ese fue mi primer pensamiento hoy cuando todos nos despertamos con la noticia alentadora que destronó todas las noticias negativas: el rescate de los mineros en Chile.

La experiencia de los mineros es literalmente una salida de la oscuridad hacia la luz. Un proceso catalogado como de mucho riesgo y que no se puede llevar a cabo a la ligera. Hay muchos factores en juego que pueden afectar la travesía y perjudicar el bienestar de uno o más mineros.

Esta noticia me ha revuelto las emociones porque es una combinación de entusiasmo, de alegría, de agradecimiento a algo que no conozco por permitir que, hasta este momento, el proceso marche de maravillas.

Sin embargo, es inevitable volver al título de mi escrito: salida de la oscuridad hacía la luz y pensar en mí. El proceso de salir de la oscuridad hacía la luz ha sido mi experiencia con la vida. Por años sentí que vivía encerrado en un lugar oscuro donde no había salida. No era mi culpa, alguien no me quería bien o había nacido con la estrella estrellada.

El conflicto vivió conmigo desde mi adolescencia hasta mi adultez. No sé cómo, pero me vi expuesto a un libro llamado Muchas mansiones, de un personaje conocido como el profeta dormido: Edgar Cayce. En síntesis, Cayce, bajo hipnosis, dio a conocer el mundo de la reencarnación. Es decir, que las experiencias que todos vivimos hoy están enraizadas con experiencias vividas en otra vida, las que han creado el karma que venimos a limpiar en esta vida. Como diría Robin el de Batman: ¡Cáspitas, Batman! El leer todo esto fue como si todas las fichas cayeran en su lugar. Oséase que no era mala suerte, no era que Dios me hubiera jugado una treta mala. Era que Yo había escogido cómo limpiaría mi expediente o libro de la vida pasada. Toda esta información la traduje pensando en una la persona que coge un préstamo en otra vida y viene obligado a pagarlo en esta.

Lo más maravilloso de esta revelación es que la culpa no era de nadie sino mía. Yo había forjado mi realidad. De mi dependía, pagar este préstamo con agrado o seguir maldiciendo la deuda que tenía.

De ahí en adelante fue como haber salido de la oscuridad para enfrentarme a la realidad. Fue como si se cayera una venda de los ojos para tener claridad mental, la luz de la conciencia.

Otro asunto que me tuvo mucho sentido fue que, lo que hiciera en esta vida, tendría que pagarlo en la próxima. ¡Recáspitas, Batman!

Todo lo anterior reorganizó mi plan de vida. Creó conciencia de que la mejor forma es actuar y pensar correctamente para no crear más Karma negativo. Este estado de conciencia novedoso vino a ser parte de mi modo de vivir la vida. De ahí en adelante, comencé a estar pendiente a lo que digo, lo que hago, lo que pienso. El mero hecho de matar algún insecto tiene repercusiones en el Karma.

Todo este proceso me liberó de tener que controlar a los demás para que hagan y digan lo que quiero. Descubrí que cada cual es responsable de limpiar su propio Karma y que, cuánto se tarden, es parte del proceso de aprendizaje y concienciación. Lo más que puedo hacer es que aprendan con mi ejemplo. Que es importante no juzgar a nadie porque todos tenemos la verdad y nadie tiene la verdad. ¡Requetecáspitas! ¿Dónde habré escuchado esto antes?

A estas alturas de mi vida, no sé si es cierto o no el chisme este de la reencarnación como tampoco sé si existen otras deidades, dioses. Si Jesús fue primogénito o si fue unigénito. Y honestamente ni me importa. Lo que importa para mí y considero cierto es que, creer y tener fe en este proceso me convierte en mejor ser humano. Evita que de rienda suelta a pensamientos negativos, a tentaciones convencionales que sé que son incorrectas. Me mantiene receptivo a lo bueno, a lo sano. Me acerca a todo lo que es amoroso y me predispone a ofrecer lo que llamo amor. Lo más importante es que me devuelve el control de mi vida; por ende, me devuelve la libertad de pensamiento y de elección.

Hoy es un día maravilloso, un día lleno de paz, amor y mucha esperaza. Mi corazón se desborda de alegría ante los partos que hoy nos regala nuestra madre tierra. Todo en mi vida está en orden divino. Así lo decreto.

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