«I pledge allegiance to the flag of the United States of America, and to the republic for which it stands, one nation under God, indivisible, with liberty and justice for all.»
Para beneficio de los legisladores anexionistas monolingües que juran lo que no entienden, aquí va en español: «Juro lealtad a la bandera de los Estados Unidos de América y a la República que representa, una nación al amparo de Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos», (según aparece en Wikipedia).
El juramento establece, en su parte final, con libertad y justicia para todos. Me pregunto si los anexionistas en este país, sobre todo los líderes de las dos cámaras, saben y conocen el significado de tal juramento: con libertad y justicia para todos.
En este cuatrienio, lo menos que hemos vivido los puertorriqueños es libertad. El apropiamiento de los derechos humanos que nos corresponden a todos son sólo válidos para los que tienen afiliación al partido en el poder. Se ha visto afectada la libertad de prensa. Se han visto afectados los derechos de los trabajadores. La libertad de expresión se ha tratado de aplastar.
Con libertad y justicia para todos. El derecho a disentir se ha convertido en pecado fundamental y como reacción fundamentalista hay que excomulgar a cualquiera que no esté de acuerdo con la fijación establecida.
Y Justicia para todos. La justicia es para algunos cuyos apellidos no pertenecen a la familia de los Rivera, Hernández y mucho menos Quirindongo ni Benítez.
Y justicia para todos. ¿Cuál justicia? Para ser justo hay que darle a cada cual lo que le corresponde y lo que le pertenece. Aquí es que la puerca entorcha el rabo con los anexionistas en la legislatura. La visión que los legisladores anexionistas entienden que el escaño les pertenece porque el pueblo los eligió para hacer lo que les venga en gana. Las arcas son su sucursal personal para utilizar los fondos en lo que les plazca. Por eso es que es justo cruzar espadas, tirar caracoles, hacer baños más grandes, cambiar los carros cuando les apetezca. Es justo ¿para quién?
Para todos: ¿acaso es justo que el caudillo pinochista evite a toda costa que el pueblo pueda fiscalizar y conocer mediante la prensa los entuertos que confabulan en la casa de «las leyes»?
Para todos: la justicia se ha convertido en justicia para pocos e injusticia para otros. Si no se simpatiza con la filosofía de ser el estado 51, en el que no tenemos ningún poder de elección, el ciudadano se convierte en anatema. La consigna partidista es: si no estás conmigo, eres mi enemigo.
Para todos: la justicia para todos que promulgan los Estados Unidos de América [del Norte] no incluye a los latinos. Los latinos menospreciados por esta casta «elegida por Dios» para salvar el mundo, no tienen cupo en la tierra de la libertad. Por eso son perseguidos, maltratados, asesinados. Los latinos son el medio de explotación para que la pata gorda norteamericana se haga cada vez más rica.
Para todos: la justicia norteamericana es la que arrinconó a los verdaderos americanos, es la que quema cruces, es la que invade países en nombre de la justicia, en nombre de libertades que le quitan la libertad al invadido. La persecución es válida cuando se va en busca de la «justicia». Todas las libertades se obvian porque la motivación maquiavélica está por encima de derechos, libertades.
Para todos: la misma vara debe utilizarse para todos. Si todos unidos no velamos ni defendemos nuestros derechos y evitamos que la plutocracia anexionista no siga gobernando y maltratando, no habrá libertad ni justicia para nadie.
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