lunes, 25 de octubre de 2010

Lo que no sabrás

Después de no volver a vernos, de partir cada cual por su lado, la soledad me embargó. Fue como si me hubiesen arrancado parte de mi alma. Mi corazón desgarrado se quebró ante el silencio y el vació cuando tu amor se alejó. Te lloré. Te extrañé. 

Juré no verte, juré no buscarte y así fue. Pero el entremedio fue agobiante. enervante. Te lloré, te extrañé, te sentí. Nadie había estado tan cerca de mí. Nadie había conocido tanto de mí. Y te dejé ir por no odiarte.

Sabía que había sido lo más grande para mí, pero tampoco sería. Me llené de altruismo para no buscarte, para entender que era lo mejor. Te lloré, te extrañé, te sentí y te dejé ir. Nos entendimos sin tener que escucharme. El tiempo aminoró mi desdicha, mi angustia. El tiempo me olvidó el destierro de ti.

Fuiste… amor… Te lloré. Te extrañé. Fuiste, ya no eres, pero fuiste… Y te dejé ir para no dañarte.

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